LA CUCHARA (Parte 2)

Por Mauricio Bermúdez Rodríguez

Artículo extraído del libro «Anfitrión. Cómo deleitar a sus comensales»

La Cuchara, abreviada reseña

El uso del cobre y el bronce son evidentes en la civilización cretense según nos lo indican los hallazgos hechos en la ciudad de Cnosa, capital de Creta, Grecia; en las tablillas de barro inscritas en griego antiguo, se mencionan sus dioses y semidioses:11 Zeus, Hera, Atenea y otros; tratan también de asuntos de gobierno, médicos, sastres, carpinteros, panaderos y cocineros. En Troya y Chipre se hallaron cucharas de todos los tamaños, unas tan pequeñas que cabrían en los saleros.

Las cucharas griegas tuvieron menos variedad en su forma y ornamentación, no obstante, siempre fueron símbolo de alcurnia, en Cisio se encontraron dos cucharas de plata, una con el mango en forma de pata de ciervo; otra, guardada en el Museo Británico, tiene un mango con un delfín enroscado en una rama.

Lo anterior nos hace suponer que su uso, creación y refinamiento fue simultáneo en el Asia Menor y el Mediterráneo, África, China y América; a medida del avance del tiempo las bandas se volvieron tribus y luego estas fueron convirtiéndose en sociedades y en culturas con hábitos sociales. Una muestra de singular importancia es la cuchara precolombina de la cultura muisca12 que aparece en el Tomo V de la Enciclopedia Británica.

De acuerdo con datos históricos de las costumbres, que fueron imitadas en su totalidad de las griegas, durante la época del Imperio Romano; el lar de los romanos en el centro de la casa y el comedor a su lado, donde ocupaban los puestos el dueño de casa y sus comensales; se reclinaban todos en sus literas, triclinium, en torno de la mesa sin mantel, pues era muy fina y adornada; nunca faltaba el salero, muy refinado y respetado, por cierto. Los invitados no portaban cuchillo, era un arma, y tampoco el tenedor, pues este raro adminículo no sería inventado sino hasta el siglo XVIII.13 Cien años después de haber sido desarrollado el cuchillo para la mesa. Sólo llevaban la cuchara.

Cada huésped traía su servilleta, nappa, obsequiada por el dueño de casa o, suya como era lo más usual. Luego se colocaban sobre la mesa las carnes, cortadas con perfección, por los Scisors; griegos esclavizados, cuyo arte era estudiado con sumo cuidado en escuelas especiales. Las cucharas, liguloe,14 eran usadas para los platos que las requerían, algunas tenían cabo de marfil o, eran de oro y plata; demostraban la clase social de su propietario. Las cucharas romanas tenían formas particulares, el mango estaba torcido en semicírculo al unirse con la pala, luego seguía recto; el extremo de la pala era más ancho.

Además, un cucharón era destinado para sacar los vinos de grandes ánforas que luego serían servidas en las copas, mezclados con agua tibia, mejor que la fría; tenía como característica especial el mango con arranque curvo. Había otra, llamada cochlear 15 de uso común en Pompeya, su pala circular con mango puntiagudo servía para comer moluscos y huevos pasados por agua, tanto de torcazas y palomas, como de gallina y de pata y gansa, también de avestruz. Los romanos vestían la synthesis para ir a comer, una toga muy cómoda y de alegres colores: azul, carmesí, púrpura, verde y violeta, llegaban con un esclavo y antes de recostarse en el triclinium 16 se despojaban de sus sandalias. Hacían tres servicios distintos en cada comida y escuchaban a un flautista para el sacrificio de los dioses, luego era común todo género de música y canto.

Durante la Edad Media, en buena parte de Europa se continuaron usando cucharas de diferentes formas y se llevaban a las reuniones, en bolsas de cuero amarradas a la cintura; todavía a la usanza griega, esas bolsas de piel de cabrito se llamaban “cucharales”. Seguía prohibido portar el cuchillo, era de mala educación; por ejemplo, una de las reglas para los benedictinos les ordenaba sacarlo del cinturón antes de ir a dormir. Las cucharas se elaboraron en plata, aunque también las había de oro, bronce, estaño, madera, cuerno, cristal, serpentina y coral. Las maderas preferidas para su fabricación eran: el boj por su dureza y el enebro por su buen olor. Entre los siglos XII y XV abundaron las cucharas cuya pala aparecía presa por la boca de un león o de un dragón, terminado el extremo del mango en una pata de ciervo, un pomo de esmalte, una piedra, una cabeza o una figura sobre un capitel.

En la Iglesia fue común su uso desde el siglo XIV, otra era la de mango con garabato, para colgarla de las tinajas, servía para sacar de ahí el agua caliente o el aceite, sin necesidad de meter el brazo en ellas. También se acostumbraban con un agujero para colgarlas; estas eran para purificar el vino destinado a la consagración, y luego, en el siglo XV las emplearon para mezclar el agua y el vino en el cáliz y todavía son comunes para poner incienso en el incensario, bueno ahora, solo en grandes celebraciones.

La cuchara litúrgica muy pequeña, semiesférica, acompaña de ordinario a las redomas de los Santos Oleos y facilita al sacerdote hacer las unciones. En España y en toda la Europa católica, por lo menos desde el siglo XIII, se usaba esta cuchara además para dar con ella la comunión bajo la especie de vino; costumbre que fue la gran causante de la propagación de las pestes. Los oficiantes en las iglesias orientales daban la comunión a los fieles, en una cuchara, con pan humedecido previamente con el vino.

En fin, había cucharas de todo tipo, cucharas de diversos tamaños para medir, para servir y también para remover y raspar, y claro, para comer.

La cuchara está definida, como palabra de origen latino: cochlear, derivado de cochlea, o sea concha. Creo que esto no es coincidencia. El diccionario la describe como instrumento compuesto de una palita cóncava con mango que sirve para tomar la comida y llevar al interior de la boca sustancias líquidas, caldosas, blandas, etc.

En el siglo XVII aparece en la Inglaterra de aquel entonces “la cuchara17 de plata con mangos exóticos muy elaborados con diamantes, mujeres desnudas, leones, lechuzas, racimos de uvas, sellos y escudos inclusive Jesús y los apóstoles”, muy elaborados. Pero cuando los republicanos puritanos llegaron al poder las cucharas que eran, una vez más, un símbolo social de alcurnia, se transformaron y los mangos se pegaron a la cazoleta sin ninguna figura ni ostentación; solían ser muy pesadas pues quien podía escondía la plata en la pertenencia de la cubertería que no podía ser confiscada. el rey Carlos II 18 impuso la cuchara de mango trebolado, de estilo francés.

Me ha llamado poderosamente la atención una de las conclusiones del profesor Charles Loring Brace,19 un estudioso del Homo sapiens, del Neandertal, en la cual él demostró la evolución de la dentadura y explicó la razón de la mordida profunda, extendida por todo el Occidente desde finales del siglo XVII y el XVIII cuando se pusieron sobre la mesa: la cuchara, el cuchillo de mesa y el tenedor; esto cambió el cómo se comía, al cortar la comida en trozos pequeños, de manera civilizada y luego llevarlos a la boca para masticarlos con calma.

Me cae muy bien ese profesor Brace, citado por Bee Wilson, pues demostró que con las buenas maneras en la mesa bastaron dos siglos para poder cambiarnos y “es en realidad el resultado de un determinado comportamiento en la mesa lo que cambió la mordida en los seres humanos”20 No obstante, Brace admitió que su artículo de 1977 era “poco metódico y muy anecdótico” pero “su obsesión sobre lo correcto de su teoría lo llevaría a otra demostración; la mordida profunda está ligada a la manera de comer y lo pudo demostrar con facilidad al analizar las mandíbulas y dentaduras de los chinos, habitantes de ese basto imperio, ya desde la época de la dinastía Song, 960 a 1279, la combinación del uso del cuchillo tou, con el cual se cortaban los alimentos en pequeños trozos para luego saltearlos en sartenes profundas y una vez cocidos se servían en toda China a las personas de cualquier condición social, ellos comían con palitos chinos esos pequeños trozos, eso les había facilitado una mordida profunda; unos mil años antes de que apareciera en Occidente”21.

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11 Antigüedades Clásicas II. Antigüedades Romanas, 1888
12 Cuchara precolombina de la cultura muisca. Enciclopedia Británica, Tomo V, p.246, 1970
13 Antigüedades Clásicas II. Antigüedades Romanas, La vida diaria de los romanos, 1888
14 Antigüedades Clásicas II. Antigüedades Romanas, La familia romana. 1888
15 Antigüedades Clásicas II. Antigüedades Romanas, La familia romana. 1888
16 Ibídem
17 Wilson, Bee. La importancia del tenedor. Historias, inventos y artilugios de la cocina,2013.
18 Ibídem.
19 Ibídem.
20 Ibídem.
21 Ibídem.