La Changua y la Mazorca Cocida combustibles de la Victoria de Teatino

En el año en que la Academia Colombiana de Gastronomía celebra su primer cuarto de siglo en su incansable labor de afianzar identidades intentando  la reconstrucción de la memoria colectiva colombiana  en lo referente a su alimentación, no puede la institución permanecer en silencio en la fiesta patria que cada 7 de agosto nos recuerda la victoria de Teatinos sobre el ejército del invasor comandado por Barreiro y el ejército patriota comunero  observado desde su caballo Palomo por el símbolo militar, Simón Bolívar  y dirigida su infantería por el jefe de la Vanguardia, el estadista Francisco de Paula Santander.

Ese ejército compuesto de valientes llaneros casanareños, ambiciosos mercenarios ingleses e indisciplinados soldados venezolanos fue alimentado para enfrentar la batalla del Pantano de Vargas y el roce en el vado de Teatinos (Batalla de Boyacá) por los frutos de la tierra de la libertad y la independencia. Nuestros combatientes, hombres y mujeres sacaron sus fuerzas de la ancestral changua es decir del agua boyacense, mezclada con leche de las dehesas de los apoyadores y sobre todo apoyadoras (Juana Velasco de Gallo, Antonia Santos para citar solo dos)  de la causa independentista, con algo de nata, mantequilla, huevo, papa salada, saborizada y vestida de color con el verde del perejil nativo.

y como plato fuerte mazorca cocida.

Ya en Ventaquemada, camino a la Santafé dominada para convertirla para siempre en la Bogotá libre, en el reposo que al sucede al combate, comieron nuestros héroes  las arepas de maíz que por esa emblemática noche se conocen como  las arepas de Ventaquemada y con frecuencia se  olvida su origen en Ramiriquí.

Se quedó en estas tierras colombianas el amor por la libertad y el gusto por la changua, la mazorca cocida, la papa salada y la arepa de maíz. Nuestros frutos de la tierra nos saben a independencia y libertad.

Por : Olympo MORALES BENÍTEZ

Vicepresidente

Academia Colombiana de Gastronomía

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